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Las Galápagos, el archipiélago de Ecuador
Compuesto por 22 islas y un centenar de islotes, este archipiélago tiene una superficie de 8.010 km². Un crucero por las Galápagos te lleva a este mundo aparte donde el paisaje lunar y la exuberante vegetación componen una imagen asombrosa. Este entorno único se debe a los diversos terremotos y erupciones volcánicas que, a lo largo de los siglos, ha sufrido el archipiélago. Las Galápagos todavía tienen 6 volcanes activos. Lo que más destaca de las Galápagos es la riqueza de su fauna. Los viajeros serán recibidos por tortugas centenarias, iguanas gigantes e, incluso, por piqueros de patas rojas. Esta riqueza natural está celosamente custodiada dentro del Parque Nacional Galápagos, lo que incluye a Galápagos en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Situado en la confluencia de tres corrientes es un verdadero crisol de especies marinas, convirtiéndose en uno de los mejores lugares de buceo del Pacífico.
sobre Galapagos
Escalas en un entorno exuberante
Los cruceros por Galápagos están marcados por la naturaleza. Cada escala permitirá descubrir una parte de la riqueza natural de este archipiélago. Durante una escala en la isla de Baltra que, durante la Segunda Guerra Mundial acogió una base americana, se puede caminar por un auténtico laberinto de calas. Estas caminatas brindan la oportunidad de ver a las tortugas marinas, las garzas y pelícanos marrones. Después de Baltra, el crucero te lleva a la Isla Seymour, una isla deshabitada donde se encuentra un bosque de cactus y palo santos. Los apasionados a la ornitología quedarán totalmente satisfechos con esta escala. Podrán ver la anidación de piqueros de patas azules, observar a las fragatas o admirar de cerca las colonias de gaviotas de cola de milano, la única gaviota nocturna del mundo. Aunque las aves son fascinantes, Galápagos posee otras muchas curiosidades. Rodeado por un mar azul intenso, el volcán Sombrero Chino parece irreal. Una vez en tierra, los visitantes quedarán fascinados por esta extensión de cráteres y lava. Durante el recorrido se pueden ver lobos marinos o iguanas marinas que disfrutan de la frescura de la brisa marina. Este paisaje surrealista, que parece haber salido directamente de una novela de Julio Verne, posee playas salvajes y puntos de buceo, ideales para practicar snorkel.
Aunque la mayoría de las islas Galápagos están deshabitadas, Santa Cruz tiene algunos pueblos. A pesar de la presencia humana, la naturaleza permanece muy bien conservada y sigue siendo la reina suprema en toda la isla. La principal atracción de Santa Cruz es la Estación Científica Charles Darwin, que alberga un centro de información, una biblioteca y un criadero de tortugas. Algunas especies amenazadas de iguanas y tortugas se refugian en este lugar para reproducirse, después son reintroducidas en su hábitat natural. Santa Cruz también asegura una escapada gourmet. La mayoría de los restaurantes de Galápagos están ubicados en Puerto Ayora, la principal ciudad de Santa Cruz. La isla Isabela es el hogar del pueblo de pescadores de Puerto Villamil, donde los flamencos rosados y las aves migratorias también se han asentado. Si dispones de tiempo, puedes subir al Volcán Alcedo o disfrutar de las lagunas de agua salada cercanas al pueblo de pescadores.
¿Cuándo zarpar hacia las Galápagos?
Gracias a la confluencia de diversas corrientes marinas, las Galápagos gozan de un microclima único, compuesto por una mezcla de climas secos y templados. En invierno, desde finales de mayo a finales de diciembre, la temperatura del agua varía de 18 a 22°C y el aire se enfría un poco debido a ligeras lluvias. En las estaciones calurosas la temperatura aumenta, pero el aire permanece fresco debido a la alta humedad. Las temperaturas del agua también son más agradables, variando de 24 a 30°C dependiendo de la isla. Incluso los más cautelosos pueden disfrutar del buceo, que sigue siendo una de las principales actividades que se realizan en Galápagos. Podemos decir que las temperaturas son agradables durante todo el año, lo que permite disfrutar de un crucero por Galápagos en cualquier estación del año. Sin embargo, aquellos que desean ver este destino bajo las mejores condiciones, deberían planear su crucero para los meses de julio a noviembre. Durante esta época del año, el sol brilla a menudo, la naturaleza florece y los pájaros y otros animales que habitan las Galápagos se pueden ver fácilmente en los manglares y en los paisajes volcánicos.
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